Psicólogo preso por abuso sexual

Clarin

El psicólogo detenido por abuso de menores era especialista en violencia familiar
23 julho de 2008

Docente universitario y uno de los profesionales más reconocidos del país, Jorge Corsi fue arrestado más temprano junto a dos hombres, acusado de integrar una banda dedicada a la pedofilia. "Las víctimas de abuso son percibidas como contradictorias y emocionalmente desequilibradas. Y por lo tanto, se tiende a desconfiar de la veracidad de su testimonio", escribió en una de las notas publicadas en su sitio Web.



Respetado por sus pares y uno de los especialistas más destacados de la Argentina en violencia familiar. Con las voces dominadas por el asombro, así describen sus colegas al psicólogo Jorge Corsi, quien más temprano fue detenido acusado de abuso de menores, en el marco de una amplia investigación que incluyó otras dos capturas y permitió desarticular una banda dedicada a la pedofilia.

La detención de Corsi provocó una enorme conmoción en la la facultad de Psicología de la UBA, donde desde 1989 se desempeñaba como director de la Carrera de Especialización en Violencia Familiar.

Corsi, además, es autor de numerosas libros sobre la especialidad. Muchos de sus artículos están disponibles en su sitio Web, que contiene una selección de artículos de opinión y notas que concedía a distinas publicaciones.

Aún no se sabe con precisión qué vínculo tenía Corsi con la banda desbaratada y hasta qué punto estaba involucrado. Lo único que trascendió es que está bajo arresto y sería indagado en las próximas horas.

Con respecto a la organización, se supo que la investigación se inició el año pasado cuando una de las víctimas, un adolescente de 15 años, se quebró y les contó a sus padres que había sido abusado sexualmente y filmado en reiteradas oportunidades.

A partir de ahí se comenzó a seguir a los sospechosos y se determinó el método de la banda. Para captar a los menores, la organización tenía a dos jóvenes, que recorrían los cíbers de Barrio Norte y Recoleta y ponían especial atención en los adolescentes que allí estuvieran navegando en sitios pornográficos.

"Estos dos chicos se acercaban y los invitaban a sus casas, donde tenían Internet, para seguir viendo pornografía en sus computadores, donde no tenían filtros ni restricciones para ingresar a esos sitios", comentó un jefe policial.

Una vez que se ganaban la confianza del chico, los dos jóvenes captadores comenzaban a tener relaciones homosexuales entre ellos para ver la reacción del menor. "Así los iban iniciando en la homosexualidad, primero como activos y luego como pasivos, y a medida que la confianza se robustecía, pasaban a la otra etapa que era entregarle la víctima a otros hombres", aseguró la policía.

En los allanamientos, la mayoría realizados en Barrio Norte y Recoleta, se secuestraron computadoras y un centenar de discos compactos y revistas con todo este material pornográfico. En la causa aún hay varios prófugos, entre ellos, los dos jóvenes encargados de captar a las víctimas en los cibers.

"Las víctimas de abuso, a raíz de los efectos psicológicos de la victimización, son percibidas como contradictorias y emocionalmente desequilibradas. Por lo tanto, se tiende a desconfiar de la veracidad de su testimonio", escribió Corsi como si fuera una premonición de su futuro judicial. El trabajo lleva un título inquietante: ¿Por qué es más fácil creer al victimario que a la víctima?"